“…también navegó con el gran Hipólito Bouchard en 1817 acompañándolo en sus embajadas para que se reconozca a la República Argentina como tal. Una intensa amistad surgió entre estos dos admirables hombres que lograron el primer reconocimiento de la República en las islas Hawaii. Se sabe que Don Bouchard, más conocido como el corsario albiceleste , le dio abundante material para sus poemas. A.Lamberse plasmó en sus textos el espíritu aventurero de una época: “…sobre la madera curtida desplegando su velamen batiéndose en la bravura navega La Argentina… Extracto rescatado de la biografía “A.Lamberse: genio y figura” cuyo manuscrito se malogró con la inundación del Paraná de 1858. Documento cedido por la biznieta de A.Lamberse en línea directa materna, Doña Efraína López.