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Mostrando entradas de junio, 2016

Cadáver Exquisito 3: Pájaro Caniggia (Por Diego Reis, María Viegas, Carlos Chávez, Cecilia Fresco y Melina Pariente)

AHORA, YO ME PREGUNTO: ¿PORQUÉ VIENE UN TIPO CUALQUIERA, lee un cuento que le gusta y se le ocurre hacer una película? Pero no hace una película honesta, inspirada directamente en el texto original. No, para nada, en absoluto. El tipo va y hace cualquier cosa, lejanamente parecida. Destruye el relato original, literalmente, lo hace pelota. Amparado en su libertad de interpretación (bien ganada) se ocupa puntualmente de que se vea la respectiva referencia, por ejemplo: “Basado en la novela 'El sonido y la furia', de William Faulkner” . Aunque en la película no haya sonido ni furia alguna. Yo digo ¿y si los escritores se propusieran hacer lo mismo, pero al revés? Entonces yo miro una peli que me gusta y después escribo un cuento lejanamente parecido. Eso sí, amparado en mi libertad de interpretación, debajo del título, hago la advertencia: “Inspirado en la película 'Duro de matar 4.0', de Len Wiseman” . Claro que sería inmediatamente repudiado y acosado de plagiar,

Cadáver Exquisito 2: La Mariposa y el Dragón (Por María Viegas, Facundo Bocanegra, Cecilia Fresco y Diego Reis)

Había una vez, en un país lejano, un gran castillo dorado. A su alrededor, como en casi todos los castillos de los cuentos, había un profundo foso de aguas turbias que desembocaban en un pequeño arroyo más allá de las laderas de un monte cercano. El monte era pedregoso, lleno de bonitos árboles azules aunque no tenía caminos, ni para aquí ni para allá. Nadie sabía qué había del otro lado del monte, y nadie era tan curioso como para averiguarlo. La gente del castillo estaba tan ocupada que no tenía tiempo de andar viendo qué otras cosas sucedían en el mundo, más allá de sus propios portones con rejas de oro. El dueño del castillo, que no era rey ni conde, pero era muy serio y con bigotes, estaba siempre escribiendo cosas difíciles en un gran cuaderno de hojas de plata. Su señora esposa, que no era reina ni condes, pero estaba todo el día probándose peinados y peinetas, tomaba largos tés en teteras de porcelana mirando a los ruiseñores que adornaban las jaulas de los jardines.

Cadáver Exquisito 1 (Por Bernabé Arrighi, Diego Reis, Laura García Rodríguez, Cecilia Fresco, Facundo Bocanegra, Melina Pariente y Carlos Chávez)

INERTES EN LA NOCHE, UN GRUPO DE ÁRBOLES rodeaba a dos hombres que, insistentes, limpiaban una zona en el claro del bosque. Recientemente había nevado y el suelo estaba cubierto por una gran capa de nieve de unos noventa centímetros. Sólo se escuchaba el roce de sus ropas y de sus palas clavándose en el inmaculado colchón. - Estévez, vamos a meterle pata, hermano - dijo Richard con impaciencia. - Es que está muy frío - contestó Estévez, casi inaudible. Richard clavó la pala en la nieve y lo observó fijo durante unos segundos. -Boludo, querés cagar toda la movida- escupió con violencia- Nos van a hacer cagar a los dos. Dale, boludo, dale- gritó, marcando las últimas sílabas, y tomó nuevamente la pala. Estévez, en ese momento, dio con la punta de la pala en el suelo. Recién ahora podían empezar a excavar realmente. Richard sacó un pequeño celular del bolsillo interno de la campera y miró la hora. Eran las 3 a.m. LA TIERRA ESTABA MÁS DURA DE LO QUE ESPERABAN. Cuarenta minut