Hacia
1890, el escritor francés Marcel Proust, quien contaba apenas unos
veinte abriles, respondió a un cuestionario que hoy figura en
“Confidencias de salón” (París, Lesuer-Damby,
editor, 19 Rue de Bourgogne. Álbum perteneciente a Edward
Watermann). Raudamente,
lo hemos rebautizado (nos gusta inaugurar cosas) como el “Test
de Proust”.
Ya
compartimos en primera instancia las respuestas del joven Marcel:
https://alamberse.blogspot.com/2020/05/alamberse-y-el-test-de-proust_29.html
Ahora,
en sucesivas ediciones, daremos nuestras propias respuestas a esas
mismas preguntas. No lo hacemos para compararnos con Proust, nada más
lejos de nuestras intenciones... En realidad, pensándolo bien, sí,
lo hacemos para compararnos con Proust, aunque fuere siquiera en el
terreno horizontal y vastamente visitado del género “Entrevista”.
Enjoy! Hoy: Natalia
Piehl.
-¿El principal rasgo de mi carácter?
-La
inconstancia. O tal vez hablar muy alto.
-¿La
cualidad que prefiero en un hombre?
-Principio
pragmático: depende de para qué necesite o quiera a ese hombre.
Por lo demás, que sea lo que tenga que ser. Que me sorprenda. Lo
divertido de conocer a alguien es justamente el descubrimiento.
-¿La
cualidad que prefiero en una mujer?
-Siento
que ya contesté esta pregunta. No sé por qué querría algo
distinto de un hombre que de una mujer.
-¿Lo
que más aprecio en mis amigos?
-Que
me aguanten. Eso ya es bastante trabajo. También que me entiendan
estaría bien, aunque no sepan qué hacer con eso. Finalmente, que
me hablen de vez en cuando.
-¿Mi
principal defecto?
-El
perfeccionismo y la resistencia a terminar lo que emp
-¿Mi
ocupación preferida?
-La
nada misma. De preferencia en una playa al lado del mar en verano, o
en una casa de montaña y bosque en invierno. Y cuando el
aburrimiento sea mucho poder complicarme leyendo, escribiendo,
dibujando, aprendiendo una habilidad manual nueva (me gusta trabajar
con las manos), o simplemente poder hacer lo que quiera y pinte en el
momento, sin tener que preocuparme por el deber
hacer. También podría
ser salir a caminar al aire libre (que hay aire libre hasta en las
ciudades) o visitar alguna feria de artesanos.
-¿Mi
sueño de dicha?
-No
tener que hacer nada por obligación. Pero más práctico quizá
sería estar libre del dolor físico y mental, porque no hay lugar
tranquilo ni ocupación lo suficientemente relajante para alejarme de
mí misma. Ponele que también aprender a cocinar algo que me guste
comer. O llegar a estar satisfecha de algún trabajo que haya hecho.
-¿Cuál
sería mi mayor desgracia?
-El
peligro de hablar de las cosas terribles es que confundan el ser
nombradas con ser llamadas, más o menos diría Di Benedetto.
Aparte, no me la puedo imaginar. Por ahora creo que nunca me ha
pasado y eso es suficiente, porque supongo que “mi mayor
desgracias” sería la que no me permita seguir viviendo.
-¿Qué
quisiera ser?
-El
ñam-cat. O el emoticón del fantasmita. ¡Jajaja! Gracias, estoy
bien como estoy. Supongo que me gustaría ser escritora, o artista, o
intelectual. O algo en el medio de todas esas cosas.
-¿En
qué país desearía vivir?
-Me
gustaría viajar mucho. Ir de visita a muchos lugares que se me
ocurren. Incluso pasar varios meses en algunos lugares. Pero no me
veo mudándome a otro país. En principio, había querido vivir en
la Patagonia cuando era más joven (cosa que ya ocurrió) y la verdad
que no me veo yéndome a otra parte, salvo tal vez de vuelta a Buenos
Aires.
-¿El
color que prefiero?
-Tengo
que decir azul y magenta, porque blanco y negro dirán las malas
lenguas que no son colores. Tal vez me gusta lo que quiere ser y no
puede.
-¿La
flor que prefiero?
-Jazmines
del Cabo, Hortensias, Verbenas, y las flores de los frutales. Por su
fragancia y resistencia. Para mí la primavera llega cuando los
vendedores sacan los baldes con ramos de jazmines a la calle, y me
falta eso desde que me mudé al sur.
-¿El pájaro que prefiero?
-No
sé mucho de pájaros. Me gustan los chimangos por bichos, y los
carpinteros por sus colores, y los loritos porque me recuerdan a Las
Grutas, y hasta las palomas de Buenos Aires. De hecho, me gusta
quedarme mirándolos por la ventana o sentada a lo lejos cada vez que
puedo. Me acuerdo que alguna vez quise ser pájaro (tal vez los
fui). Me gustan, creo, todos los pájaros… salvo los que mi gata
me trae muertos de regalo.
-¿Mis
autores favoritos en prosa?
-Estoy
en una etapa de mi vida en la que no me fijo en mis predilecciones de
nada, simplemente leo y creo que se puede sacar algo bueno de todo lo
que se lee (incluso de lo malo o lo espantoso). Además no hay
manera de contestar bien esta pregunta. Siempre me voy a estar
olvidando de alguno. Pero los primeros que se me ocurren son
Virginia Woolf, Ray Bradbury, Ursula K. LeGuin, J.R.R. Tolkien, Julio
Cortázar, Haruki Murakami, Isaac Asimov, Angelica Gorodischer, Oscar
Wilde, Juan José Saer, Jane Austen, Liliana Bodoc… y la lista
puede seguir hasta el infinito.
-¿Mis
poetas preferidos?
-Igual
que con la prosa, solo que no leo mucha poesía: Baudelaire. Becquer,
Almafuerte, Basho, Sarah Teslade, Bertolt Brecht, Olivero Girondo,
Mario Di Benedetti.
-¿Mis
héroes de ficción?
-Me
gustan más los villanos, así que…
-¿Mis
heroínas favoritas de ficción?
-Todo
el concepto de heroísmo carece de sentido para mí. Se me hace
extraño andar pensándolo. Pero supongo que Elizabeth Benet y Eowyn,
tal vez.
-¿Mis
compositores preferidos?
-Esta
pregunta me parece que está muy demodé.
Adaptándola un poco diría que Disturbed, The Pretty Reckless, In
this moment, Halestorm, Lacuna Coil, Emilie Autumn, Kerli,
Apocalyptica y Nightwish principalmente. Sí, Nerds
are so Metal.
-¿Mis
pintores predilectos?
-Curiosamente,
hace mucho que no pienso en la pintura o la ilustración.
Especialmente, en autores. Pero supongo que los clásicos de siempre
son Monet y Van Gogh. Me gustaban mucho en mi época más dark Luis
Royo y Victoria Francés. Otros ilustradores del fantástico y
maravilloso sería Gonzalo Kenny, John Howe, Alan Lee (de éste
ultimo más bien los paisajes y no tanto las figuras humanas) y el
mismísimo J.R.R. Tolkien. Supongo que podría mencionar a algunos
artistas de manga, pero no se me ocurre ninguno ahora mismo. En la
actualidad me interesa mucho la acuarela y el arte botánico, pero no
tengo ningún referente para nombrar.
-¿Mis
héroes de la vida real?
-Muchos
y ninguno.
-¿Mis
heroínas históricas?
-Ídem.
-¿Mis nombres favoritos?
-Casandra,
Caleb, Anya, Danielle, Angus, Ainé y la verdad que no se me ocurre
ninguno más. Soy malísima con los nombres, nunca me los acuerdo y
nunca sé qué nombre ponerle a los personajes o a las mascotas.
(Además, siento que muchas de estas preguntas tendría mucho más
sentido hacérselas a mi yo de 18 años que a mí).
-¿Qué
detesto más que a nada?
-Más
que nada depende del momento. Diría que la humedad, el dolor de
espalda, las chaquetas amarillas, los cacerolazos burgueses, la
hipocresía, que me hagan repetir lo que dije, la gente que maltrata
animales, tener una uña rota, la violencia ociosa, hacer cola, gente
que tira basura a la calle, el racismo, los parciales y finales, que
se corte la luz sin que haya guardado el documento. Podría sumar
que los cuestionarios.
-¿Qué caracteres históricos desprecio más?
-No
desprecio el carácter histórico de nada. Si no hubiera cierto
relativismo no sé qué tanto entenderíamos sobre los hechos o el
pensamiento. El peligro es que la tradición sea excusa de no
repensar ciertos caracteres.
-¿Qué
hecho militar admiró más?
-Los
que nunca ocurrieron. Y definitivamente no
el asedio al Abismo de Helm en la película de “Las dos torres”.
-¿Qué
reforma admira más?
-La
del jardín de enfrente.
-¿Qué dones naturales quisiera tener?
-Nada
es natural. Lo mismo sería querer tener los ojos azules que
telequinesis. O sino, definime dones.
-¿Cómo
le gustaría morir?
-Sin
darme cuenta.
-¿Estado
presente de mi espíritu?
-Como
si me hubiese pasado por encima un Dementor o un Nazgul. Con mucha
necesidad de unos tragos y de noche de ciudad. Sushi tampoco no
estaría mal.
-¿Hechos
que me inspiran más indulgencia?
-Los
hechos de chocolate. Hechos indulgentes son los que necesito ahora
que me agarraron los Dementores.
-¿Mi
lema?
-No
tengo. O no quiero decirlo, tal vez. Supongo que lo que más pienso
últimamente es en “aquí
y ahora”, lo mismo que
hace años te decían “carpe
diem”. El presente es
siempre el momento más difícil de habitar.
Natalia
Piehl. Modelo
’86. Con piezas alemanas ensamblada en Bs. As. Tiene problemas de
arranque hasta que no toma el mate de la mañana. Hechicera a
destajo, demasiados rituales y sobredosis de cafeína derribaron en
muchos de sus textos. Experta en piromancia:
el arte de leer los textos mientras se prenden fuego. Terror de
bibliotecas.
©
Alamberse!
2020.
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