A pesar de tener una patada fuerte su paso por el Deportivo Jacobacci fue breve, se encontró cara a cara con el hijo del comisario, joven promesa del deportivo, que se divertía gambeteando defensores hasta que "el equino" lo ajustició quebrando tibia y peroné. Haberle entrado así en un entrenamiento le fue imperdonable, sobre todo para el comisario que lo andaba buscando con no muy buenas intenciones y así fue como el joven Alan emprendió su exilio para empezar una nueva vida.
El hambre y las pocas ganas de esquilar ovejas lo llevaron a Andacollo, lugar donde conoció al artista plástico Charles Ruprest, famoso por esculpir todo tipo de jabones.
Así fue como Alan comenzó su
carrera como modelo de esculturas.
Cuenta la historia que una vez
mateando en el centro cívico de Bariloche él mismo se reconoció en
la postura que Julio Argentino Roca adopta sobre un caballo en el
centro de la plaza.
Las cosas que uno hace por hambre dijo, mientras tironeaba una tortafrita.
Ahora, subirse lo que se dice subirse...
Texto: Mariano Rottini
Ilustración: Pintura rupestre prehistórica (Cuevas de Lascaux)
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