El frío le pica. Los ríos largos la decepcionan. Encontrarse con
pájaros escondidos la marea. El lugar donde está, donde siempre estuvo, le
parece otro. Ya nada le hace cosquillas, menos las olas.
Sobredosis de experiencias para una sola vida, piensa la muchacha
mientras se peina el cabello frente al espejo. En la cama el cuerpo de su
hombre amaneció muerto ésta mañana.
Apresurado nada el pequeño pez corriente abajo. Escurriéndose
entre las redes logra escapar. Otro día volviendo a casa sin comida, se lamenta
avergonzado el viejo pescador.
Mil palabras desordenadas en mi mente sólo quieren decir una
cosa. Mil palabras desordenadas en mi mente sólo quieren decir una cosa. Mil
palabras desordenadas en mi mente.
Malena Pandra
Malena Pandra
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