Ir al contenido principal

La Puerta-Pequeños Durmientes (Por Laura García Rodríguez)


La puerta

El perro no vino. Pensé que vendría pero no vino. Me quedé esperando en el umbral de la puerta aspirando la noche sin animarme a cerrar y dejarlo afuera, sin querer quebrar la noche con su nombre. Lo llamo desde adentro moviendo los labios sin emitir sonido. Lo llamo con sentimiento, ferozmente, pero no viene. La  oscuridad continúa lisa. Nada viene ni nada va por esta puerta. Estamos detenidos: yo queriendo ser perro y el perro, perro.
Me nombran.
Oigo que me nombran. Tiran desde cada letra de mi nombre hacia el interior de la casa. Me nombran con firmeza, con afecto, con deseo. Me nombran hasta llevarme al lado de la cama, hasta lograr que me acueste, hasta que la luz se apaga.
Sueño con la negritud salvaje de la noche. Sueño con el frío titilante del cielo en mis pulmones. Sueño hasta abrir la puerta.

Laura, abril 2008


Pequeños durmientes


Pequeños durmientes
abrazados a la manta
de mi amor.
Sueños ondulados
expulsan
los monstruos de la noche,
el bosque.
Leenos un cuento de verdad
para no tener miedo
y la palabra
acunada entre brazos y piernas
los lleva indemnes
al despuntar el  día
cuando la luz se filtre
y las cosas vuelvan
a la sencillez de su ser
objeto.
Allí estaré nuevamente
besándolos al sol
borrando los últimos
misterios de las
batallas, sellando
el eterno pacto
de restituir el mundo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CADÁVER EXQUISITO DE ALLAN VERSE – IN MEMORIAN / Por Vivi Núñez

  Advertencia: todo lo abajo escrito es la verdad, parece... *** Así como hay quienes gustan de embarrarse, putearse, lesionarse corriendo tras una pelota, quienes atraviesan arroyos helados, sotobosque, cumbres, exponiéndose a fracturas, calambres y deshidratación para llegar a una meta, o quienes se sientan durante horas esperando que su oponente haga un movimiento, también existe por el amor al lápiz deslizándose sobre la hoja o el teclado marcándola, creando historias, contando, diciendo, un grupo literario en Villa La Angostura. Definir a Allan Verse es tan improbable como inútil. No puede decirse por ejemplo que se trata de un conjunto estable de participantes. Desde su origen incierto, por cierto, no ha sido otra cosa que un receptáculo de des-miembros aleatorios, ambulantes, inestables. Un cuerpo desmembrado. Ovillos de tendones, arterias, nervios. Se ha dicho ya que su nombre goza de ninguna inscripción en actas bautismales. Lo que deja su identidad gráfica a merced ...

Vadear sin querer

  E n marzo los días empiezan a acortarse y llegando abril el río baja bastante, aun así no es posible vadear la recta de Rincón Chico. Por bajo que esté el río, mantiene un canal y mantiene una potencia que obliga a nadar para cruzarlo. Lo sé porque tuve que cruzar una tarde, medio de noche ya, vestido de pescador, con la caña en la mano y una bronca infernal. Ese día llegué tarde al río, tarde y molesto. Apurado, bajé la balsa del tráiler, los bolsos, las cañas y estacioné el auto debajo de los mimbres. Terminé de darle presión a la balsa, cargué las cosas y crucé el río. Ya del otro lado me puse el wather, las botas, el chaleco, armé la caña, elegí la línea y me puse a buscar una mosca. No encontré la que quería y tuve que poner una parecida. Algo es algo. Serían las siete y media. Tenía luz hasta las nueve. La tarde era fría y calma, el Limay corría potente entre mis piernas. Empecé a lanzar la línea, el mal humor me molestaba como un tábano. Es que la idea había s...

Alamberse y el Test de Proust: Carlos Chávez

Hacia 1890, el escritor francés Marcel Proust, quien contaba apenas unos veinte abriles, respondió a un cuestionario que hoy figura en “Confidencias de salón” (París, Lesuer- Damby, editor, 19 Rue de Bourgogne. Álbum perteneciente a Edward Watermann). Raudamente, lo hemos rebautizado (nos gusta inaugurar cosas) como el “Test de Proust” . Ya compartimos en primera instancia las respuestas del joven Marcel: https://alamberse.blogspot.com/2020/05/alamberse-y-el-test-de-proust_29.html Ahora, en sucesivas ediciones, daremos nuestras propias respuestas a esas mismas preguntas. No lo hacemos para compararnos con Proust, nada más lejos de nuestras intenciones... En realidad, pensándolo bien, sí, lo hacemos para compararnos con Proust, aunque fuere siquiera en el terreno horizontal y vastamente visitado del género “Entrevista”. Enjoy! Hoy: Carlos Chávez. “ -¿El principal rasgo de mi carácter? -Iba a decir introvertido, pero veo que aparecen pusilánime y cobarde como sinónimos. ¿N...